miércoles, 30 de octubre de 2013

Punto final

Hace dos temporadas escribí que, el día en que las galleras de Los Llanos y Tazacorte, ya convertidas por entonces en una suerte de reserva gallística de Canarias, se pasaran a las espuelas industriales, procedería al cierre de esta página. Como eso ya se ha producido, doy hoy por concluido mi periplo en la red, que vino a suceder al periodístico, dejando aparte algunos libros que he ido publicando, y en particular el Diccionario gallístico de Canarias. Una labor de dos décadas, en defensa, animación y estudio de una afición canaria noble y centenaria.
Agradezco en particular la colaboración de un puñado de buenos y generosos aficionados (canarios, pero también de diferentes partes del mundo), y en general la de quienes han seguido fielmente esta página. Algún que otro caso de mezquindad no empaña la buena recepción que hemos tenido quienes, de modo abnegado, hemos mantenido la información gallística canaria en estas últimas temporadas.
Como a partir de hoy mismo tanto la página “Espuela y Fiscorno” como este blog de actualidad (y su correo correspondiente) quedan al garete de los caprichos informáticos, quien desee conservar algún texto o fotografía, debe proceder a su copia, si aún no lo ha hecho.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Gallos en la China


Un gran amigo americano nos acaba de enviar este exótico libro, de gallos en la China, titulado Preparación y alimentación de gallos de riña orientales. Aunque no entendemos ni papa, nos agrada tener una obra de estas características, exponente de la universalidad de nuestra afición. A continuación vemos una página con imágenes y las dos caras de una preciosa moneda de bronce de la colección Ying tian. Dicha moneda no solo hacía funciones de premio a gallistas distinguidos, sino que servía como moneda de cambio interna en situaciones específicas.  Hoy día solo es  de colección. 



Isla de La Palma, 1972


En esta temporada, se celebró un torneo entre las galleras Guerra, Tazacorte y Los Llanos. La rivalidad entre Tazacorte y Los Llanos ha sido siempre tan grande que lo que les interesaba a estos dos partidos era su propia confrontación, y no la liguilla o los resultados con la Capital, donde aún no se había formado la gallera Nueva. Los Llanos derrotó a Tazacorte por 3 riñas.
La Guerra sacó 5 puntos, Los Llanos -2 y Tazacorte -3. Pero la Guerra, que ganó a Los Llanos por 5, perdió con Tazacorte por 1. O sea, que todos tuvieron su alegría, y eso es lo que da gusto, en un torneo que además fue muy igualado.
Las peleas se celebraron, por supuesto que con muchísimo público, en el Circo Marte de Santa Cruz de La Palma y en la Gallera La Unión de Argual. Hubo 9 domingos entre los partidos de la Banda y 5 de la Nueva con cada uno de ellos.
Los galleros fueron de campanillas: Añón en Los Llanos, Roberto Hernández en Tazacorte y Miguel Acosta en la Guerra. Destaquemos que el ayudante de Añón no era otro que Toño “el Rebotallo”, quien dos años después debutaría como cuidador en el partido de su pueblo, Tazacorte.
El programa que presentamos es el de la última jornada entre Tazacorte y Los Llanos. Iban empatados, ganando este domingo Los Llanos por 5-2 y dejando así la ventaja en 3 riñas a su favor. La emoción no pudo ser mayor: Los Llanos ganó las dos primeras y Tazacorte las dos siguientes. Los Llanos se adelanta de nuevo en la quinta, y se proclama campeón en la sexta, con el gallino de Marcos Acosta. Vemos en las listas muchos nombres conocidos: Toto Pino, Pepucho Pérez, Mateo Cedrés, Lope Acosta, los Hermanos Acosta Gómez, Manolo Carracote, Zacarías Acosta...
Hubo tres gallos con 4 riñas, y los tres fueron de Tazacorte: dos colorados de Lope Acosta y un colorado de Néstor Martín. Uno de los colorados de Lope era el celebérrimo “Cochinera”, que haría más peleas al año siguiente, hasta llegar a las 8.
Veamos ahora el programa de la última jornada entre la Nueva y Tazacorte:


Tazacorte llevaba una riña de ventaja, y logró mantenerse, ya que las peleas acabaron 3-3 y 1 tabla. La primera, la tercera y la última las ganó Tazacorte. La segunda, la cuarta y la sexta Los Llanos. Por tanto, la última fue decisiva, dándole el alirón a Tazacorte el  colorado de Lope. Obsérvese que en la primera obtuvo su cuarta riña el colorado de Néstor Martín. El de Arístides Acosta se quedó a un paso de esa marca.
En el Circo Marte hubo el domingo siguiente unas peleas sueltas entre la Nueva y Tazacorte, que ganó Roberto por capote. 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Teguise, 1972


Esta temporada tuvo más emoción que las anteriores, ya que Teguise ganó por 1 riña, en la última pelea. A la tercera fue la vencida, y Carmelo Acosta logró triunfar, y ante Adolfo “el Pichón”, quien iniciaba su largo y glorioso periplo lanzaroteño, donde va a cuidar, siempre en Arrecife, por 9 temporadas consecutivas, un verdadero record en los anales gallísticos lanzaroteños y de cualquier isla. Volverá a cuidar allí nada menos que 14 temporadas más, tanto en una gallera como en otra, aunque casi siempre en la Villa. Carmelo, por su parte, sería contratado al año siguiente por la gallera Guerra, haciendo una gran temporada ante Tazacorte, Los Llanos y Güímar.
La temporada constó de 12 domingos, con llenos habituales, como era norma por aquellos años. Escenarios: el Teatro Municipal de Teguise y el Círculo Mercantil de Arrecife.
Carmelo comenzó ganando por 3-2 y dos tablas, pero Adolfo se le adelantó en la segunda jornada con un capote rabón. Esta ventaja la iría reduciendo Teguise, hasta poder adelantarse. Así llegamos a esta última jornada, en que Teguise llevaba 2 riñas. Pierde por 4-3, pero se hace con la ventaja.
A estas peleas asistió Pancho “el Músico”, quien manifestó su entusiasmo por lo que vio, aunque no hay quien se crea que le dijo al periodista  Francisco Perdomo que  en su larga carrera jamás había visto algo igual. El papel aguanta lo que le echen.
Al final, gritos apoteósicos de “¡La Villa! ¡La Villa!”, y Carmelo levantado a hombros, como se ve en la foto que aportamos. Adolfo, como de costumbre, sacaría su cara más larga. Escribe Francisco Perdomo, en El Eco de Canarias, y esto sí puede creérsele:
“En ese preciso momento, sonaron las tracas, las calles de la Señorial Villa fueron recorridas por sus enfervorizados incondicionales con su banda de música, portando pancartas, y aupando en hombros como acto de adhesión a su cuidador Carmelo Acosta. Esto era ayer, después de las peleas, la Villa de Teguise, un espectáculo lleno de colorido, con unos hinchas entusiastas que cantaron el alirón y que la gozaron de lo lindo”.
Entre el público estaban también don Eduardo Pérez de Ascanio, de quien peleaba Arrecife cinco gallos, y don José Hernández López, de quien peleó Teguise dos. Este día hubo gallos de las cuatro islas gallísticas.
La primera riña la ganó brillantemente  el giro de la Capital. En la segunda, con dos gallos de mucha espuela, gana de nuevo, y matando, Arrecife. Por tanto, se volvía a empezar.
Teguise se recupera con la tercera, cogiendo varillas el  bragado de Arrecife. En la tercera, el gallo de Arrecife viene con más peso, pero restadas algunas plumas al fin pelea, y pierde tras haber sido echado de la valla  por el gallino de don José Hernández López.
En la quinta, mucho palo, y otro gallo de Arrecife que se huye. La impresión que da es que Adolfo se vio al final sin gallos, porque además no peleó en la temporada tanto gallo de Pérez de Ascanio.
En la sexta, el “Mulato Presidente” de don Agustín Cabrera aventaja, pero al quedar ciego resulta acribillado. Habían caído, pues, los tres gallos de 2 riñas que presentaba Teguise.
Última y decisiva riña. Pero aquí le damos la palabra al periodista que la describió:
“Con gran incertidumbre y muchos nervios en las gradas, comienza esta trascendental finalísima, aventajándose el retinto capitalino de don Joaquín González casteado por Pío-Pío, enfarolando de entrada a su contrario, mas este replica con un tremendo puñalón de vena que lo deja con ventaja. Percatándose de ello el soltador arrecifeño, pide repetidas veces la tabla, que no le es concedida. Al final el gallino de don Domingo Ferrer del castío de don José Hernández, saca una bonita serie de tiros que lo inutiliza por completo. 4-3.”
El cronista felicita a ambos cuidadores por haber llevado a lo largo de la temporada los gallos en perfectas condiciones y por haber brindado “una temporada preciosa, llena de interés e incertidumbre hasta el último minuto”.


No fueron famosas, en cambio, las peleas del siguiente programa que reproducimos, con Adolfo enfrentándose a su gran maestro, Pablo Amador, quien en Tenerife venía de ganarle por 15 riñas a su condiscípulo Domingo Prieto. A Adolfo le ganó por cuarta vez el pinto de su colega palmero Roberto Hernández (con quien protagonizaría, por cierto, grandes temporadas en Lanzarote), pero no pudo ganarle “el Bueno, el Feo y el Malo”. Pablo ganó por 5-2, siendo sus gallos triunfadores los de la segunda, tercera, quinta, sexta y séptima.


miércoles, 9 de octubre de 2013

Carta del Gallo Quirico

En primer lugar, permítanme felicitarles y agradecerles por toda la información recibida del mundo del gallo en toda la temporada pasada.
Por otra parte, les supongo informados sobre la unión de los eternos rivales, La Espuela y el Norte, que saldrán juntos en una misma gallera.
Pero lo peor de todo no es esto. Por las noticias que me llegan, la han convertido en una gallera para ricos. Si, por ejemplo, en el Norte ya era difícil que entrara la gente joven a pelear sus gallos, que se supone es el aporte al futuro y subsistencia de los gallos, ahora, con las nuevas cuotas astronómicas que quieren implantar, se me antoja difícil que la juventud pueda acceder a este club tan selecto, e incluso los no tan jóvenes y con cierta estabilidad se están planteando el irse o dejar los gallos, con lo cual, en mi opinión, se pone en riesgo el futuro de esta afición.
Rizando el rizo, hasta puede parecer una maniobra para que se quede una minoría (los de siempre) y para que sean sus gallos los únicos que peleen. De ser esto así, flaco favor hacen y poco amor tienen por el mundo gallístico, pues demuestran vivir el presente con bastante egoísmo sin preocuparse del futuro, que es lo que haría cualquiera que ame y sienta de verdad las cosas.
Sana envidia siento por la efervescencia que existe en la Isla Bonita, con todos sus problemas, que también los hay, pero donde la juventud inquieta promueve nuevas galleras, como tengo entendido sucederá la temporada próxima en Tazacorte, donde también se quiere adaptar un local para reñidero, reunión y tertulias y tienda para la venta de productos relacionados por el gallo.
Saludos cordiales,
El Gallo Quirico.

Teguise, 1971


De nuevo se enfrentan, en el Círculo Mercantil de Arrecife y en el Teatro Municipal de Teguise, los partidos de las respectivas poblaciones.
Alejandro Niz, el más fino gallero que ha dado la isla, le gana por segunda vez consecutiva al tinerfeño Carmelo Acosta, que había debutado el año anterior. Si el año anterior Alejandro cuidaba en Teguise y Carmelo en Arrecife, ahora cambian los papeles. Para Carmelo, que seguirá en Teguise, a la tercera será la vencida, ganándole en 1972 a Adolfo “el Pichón”.
La ventaja final de Arrecife fue de 7 riñas. Alejandro llevó siempre la ventaja, menos en una jornada, en que volvieron a empezar.
Este domingo, octava jornada, Arrecife ganó por 3-2 y 2 tablas, aumentando así su ventaja.
Un giro de los Sres. Arroyo se hizo esta jornada con su tercera antorcha, pero el trofeo al gallo de más riñas sería para el melado “Palmerito” de los Hermanos Fernández Ramírez, que hizo cuatro. Aparte los casteadores que aparecen en el programa, Alejandro Niz tuvo buenos ejemplares de Andresito Cabrera y don Francisco Perdomo Spínola.
En la lista de Teguise, Caraor es Domingo Ortega. Otros, aparte los del programa, fueron Casto Martínez, Peña La Salud, Los Sobrinos, Gonzalo Cabrera, Julio Blancas, Pedro González, casi todos bien conocidos de la afición conejera.
Casto Martínez era el representante del coñac Terry, lo que queda bien patente en el programa.
En esta temporada se le hizo un homenaje, con trofeo, a Vicente Guerra, por sus muchos años como casteador y aficionado.
Hubo crónicas tanto en el Diario de Las Palmas como en El Eco de Canarias. Escribía en el primero Armando de León, administrador del partido de Arrecife, y en el segundo Andrés Fuentes. ¡Qué diferencia con los tiempos actuales!
En la siguiente foto, vemos a Alejandro Niz y Carmelo Acosta. Aún los cuidadores (y los soltadores, que fueron Juan Manuel Sigú por Arrecife y Tomás Armas por Teguise) subían a la valla elegantemente vestidos.


miércoles, 2 de octubre de 2013

“El Gallo de Cría”, n. 7


Este séptimo número de la revista venezolana que dirige Manuel Urbano lleva como siempre un póster, esta vez cuatripartito: se trata de la reproducción de cuatro murales que el pintor venezolano Francisco Narváez hizo para la casa de la Hacienda Guayabita, representando el “joropo” (baile tradicional), un “coleo de toros”, el juego de bolas y las peleas de gallos, con que abrimos esta reseña.
Como siempre, se pasa revista a una serie de eventos gallísticos celebrados a lo largo y ancho de la geografía venezolana. Así, el 9º Torneo Toma de Puerto Cabello, en la gallera Los Halcones de El Cambur. El inicio de temporada en el Club Gallístico Páez de Zaraza, con homenajes a aficionados y una “feria de crestones”, destacando la presencia de Rosa Elena Brito, zaraceña que sigue la afición de su marido, y el detalle curioso de unos estudiantes de veterinaria que pasaron consulta gratis a los aficionados. La 4ª Feria de Pollos Crestones y Lisos en el Club Gallístico El Fogón de Jabillote, estado de Anzoátegui. La “jugada gallística” en el Club El Bucare de El Chaparro, municipio de Mac-Gregor. Y la 7ª Feria del Pollo Crestón en la Maestranza de Barcelona (también estado de Anzoátegui), con 67 peleas del máximo nivel, y con participación internacional, en un tiempo máximo cada una de 15 minutos y longitud de 26 milímetros para las espuelas. Otro detalle curioso, en las antípodas de las “científicas” labores veterinarias: marcaron presencia los famosos “curagallos” Juan Carlos Vargas (de Monagas) y Adalberto Berrios (de Miranda), “quienes tras cada combate recibían los gallos malheridos o moribundos y, con sus oraciones, técnicas chamanes y ungüentos amazónicos los dejan de pie, sanos y salvos.”
Interesantes son las visitas a la Cuerda Los Gavilanes, en Maturín, donde las peleas se celebran por la noche, y al Club Gallístico El Danubio Azul de Montalbán (estado de Carabobo), enclavado en una casa colonial. Durante los años 60, recordados con mucha nostalgia, se celebraban peleas los sábados en el Club Comercio de Valencia y los domingos en El Danubio Azul.
Hay un reportaje sobre el embuchamiento, que se atribuye a parasitosis, deficiencia de minerales o cambios en los hábitos minerales. El remedio es el mismo que ha sido conocido siempre en Canarias: bicarbonato, aunque también he oído hablar de sopas de pan. Es necesario asimismo dietar de inmediato a las aves. Desde Puerto Rico, un aficionado recomienda la lechosa madura, la sábila, cebolla picada y salsa de tomate.
Dos aficionados merecen reportaje monográfico. Manuel Barea Figueroa es un conocido gallista jerezano que quiere llevar de nuevo a Venezuela gallos de esa zona tan prestigiosa (la más prestigiosa de España junto a la asturiana y la canaria). Nos enteramos que ello no se lleva a cabo desde hace 20 años, por dificultades legales.
Luis Berrios “un caballero del deporte”, es un joven y gran aficionado portorriqueño, muy inteligente a tenor de las respuestas que da a las muchas preguntas que le formula Ruben Elías Rodríguez. Ya su abuelo era gallero, y a los 9 años le regalaron a él su primera gallina. Hoy es famoso sobre todo por su gallo de casta C11, del que han salido gallos que se crecen en el combate. Este gallo era hijo del Quemao, bisnieto a su vez del Rafaelito, sobre el que hablábamos hace unas pocas semanas, al reseñar el número anterior de El Gallo de Cría. También es bisnieto del Capitán y, por parte materna nieto de un famoso canabuey  o “camagüey”, como dicen ellos. Así se entiende que no haya dado grandes gallos por pura casualidad. El C11 se lo regalaron a Luis Berrios, allá por 1999.
A la pregunta de cuál es su “método de selección” responde: “El primero para la selección es el pedigree, y luego voy a las cualidades que deseo: gallos que sean veloces, fuertes, de estamina, espuela y raza. Siempre selecciono los animales de mejor físico, fortaleza y estatura para comenzar a realizar cruces”. Sobre si usa la consanguinidad, cuestión siempre debatida, responde que sí: “Es necesaria para conservar una buena línea de gallos. Si no se hace así, como llegaron, se perderán. No son muchas las ocasiones en que un criador se encuentra con aves prepotentes y de cualidades excepcionales. Cuando se descubren hay que aprovecharlas al máximo, y esta es la forma adecuada. Podrás fijar cualidades y conservar la línea”.
El gallo de Puerto Rico lo considera “una de las mejores razas del mundo”. Preguntado por los mejores gallos de allí, responde que las descendencias del Rafaelito, El Capitán, El Millonario, El Chispa, El Mujeriego, los Negros de Quiqui Arce, el Gallo negro de Goyo y otros de nombres menos pintorescos y más técnicos. Sobre los gallos orientales considera que el cruce con el gallo portorriqueño quizás los haga superarse en combate, “pero jamás tendrán la velocidad, finura y valentía de nuestros gallos”. De Cuba opina que “ha bajado mucho la calidad de sus gallos precisamente por la influencia de los orientales en muchas de sus líneas”. En Canarias, en cambio, como sabemos, los gallos orientales que llegaban sobre todo al Tazacorte de don Saturnino a fines del XIX y principios del XX, fueron muy benéficos para la raza de gallos canaria.
Este gran aficionado, para quien “ver un gallo en un redondel haciendo un gran papel no tiene precio”, habla luego de su método de crianza y de su plan sanitario, y acaba con este mensaje, a la vez que da generosamente su correo para quien quiera hacerle consultas (luisbe@live.com): “Los países latinoamericanos tenemos muchas cosas en común: idioma, religión, etc., pero en mi experiencia personal, los mejores amigos, de todas partes del mundo, los he conocido en los gallos, desde el más humilde hasta importantes dignatarios”.
El otro reportaje sobre Puerto Rico lo hace el mismo Rubén Elías Rodríguez. Una ley de 1933 eliminó la prohibición de las peleas y las instituyó como deporte en el país, ¡y fue firmada con una pluma de un gallo, llamado Justicia! La ley fue modificada en 2007, considerando los gallos un derecho cultural de los ciudadanos de Puerto Rico. ¡Qué diferencia con Canarias, donde han estado no menos enraizadas, pero donde políticos ignaros y ecoburócratas sin cultura alguna lo que han hecho es hostigar un deporte sano que defiende a los animales y a la naturaleza!
Las peleas duran allí 14 minutos, y se busca en los casteos sobre todo la velocidad. Hay más de 18.000 casteadores, y tres clubes con 84 galleras autorizadas por la Oficina de Asuntos Gallísticos. La instalación más antigua es el Club Gallístico San Juan (“La Muda”), fundado en 1954 siguiendo el modelo del Club Gallístico de La Habana. Donde más peleas se celebran es en la gallera de Las Palmas.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Tenerife, 1970


En esta temporada, los partidos de La Espuela y San Cristóbal no se enfrentaron. Por tanto, el Norte fue el único que tuvo que desdoblarse, lo que le pasó factura a Pablo Amador, ya que, si pudo con San Cristóbal sacándole 10 riñas, perdió ante La Espuela por 5. Cuidaban Domingo Prieto en La Espuela y Manuel Benítez “Salud” en San Cristóbal, sustituido este en las dos últimas jornadas por Álvaro Tapia. El Norte y La Espuela hicieron 12 jornadas y el Norte y San Cristóbal 10. Las peleas se celebraron en el Viana de La Laguna y en El Penitente del Puerto de la Cruz, más algunas en el pabellón deportivo universitario.
Especialista en capotes, Pablo Amador sumó otro esta temporada, ante San Cristóbal. Sus gallos de bandera fueron un gallino de José González Pérez. O sea Pepito el canario, que le hizo tres peleas, y el famoso melado de Luis Machado, que llegó, siempre en sus manos, a la octava.
El programa que tenemos aquí es el de la penúltima jornada entre los dos discípulos de Pancho, que fue en la que Domingo, ganando por 5-2, se proclamó campeón, con un melado de Totoño. Dato curioso es que el colorado de La Espuela fuera a nombre de los “Sres. Empleados de La Tarde”, rotativo donde por aquel entonces informaba, y muy bien, José Antonio Pulido.
Los mejores casteadores que tuvo La Espuela en la temporada fueron Bernabé Marcelino, Miranda y Fortuny y Manuel Reyes García. Precisamente un gallino del primero, con cuatro riñas, fue el gallo campeón. Tres le hizo a Domingo un colorado de Miranda y Fortuny.
Fue esta una temporada muy importante para el partido de la Vuelta de los Pájaros, ya que no ganaba desde el año 1962, con Pancho el músico.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Un homenaje a Valerio Giménez


Desde hace algunas décadas, Manuel Urbano está empeñado en el rescate de la memoria gallística de su país, Venezuela, lo que compatibiliza con la información de la actualidad más vibrante, de tal modo que ahora mismo salen a la vez el número 7 de su revista El Gallo de Cría y un precioso folleto sobre un aficionado que es toda una referencia en Venezuela: Valerio Giménez. Recordemos que hace un par de meses reseñábamos en esta misma página otra publicación del mismo cariz: La verdadera historia del Negro Antonio, en ese caso dedicada no a un gallista sino a un gallo legendario. La nueva publicación de Manuel Urbano viene igualmente muy ilustrada, y con algunas imágenes documentales muy valiosas.
La afición venezolana a los gallos tiene grandes pergaminos, y de hecho los héroes de la independencia, que supieron echar a los españoles antes que nadie, eran grandes aficionados. Luego, la afición, con algunas lógicas transformaciones, ha seguido su andadura hasta el presente, de modo ininterrumpido.
Valerio Giménez fue la figura gallística número uno de Valencia, la capital del estado de Carabobo. Nacido en 1928 en el seno de una familia adinerada, viajó regularmente por España en los años 50, conectando con muchos aficionados, aunque es una pena no se haya dado un salto a Canarias, donde por aquel entonces había casteadores, cuidadores y gallos absolutamente fuera de serie.
En esa década ya fundó la Gallera de Santa Rosa, que se convertiría en seguida en la más importante de Valencia. Valerio reconocía haber tenido dos maestros: el coronel Abelardo Trilla, que le enseñó a “clasificar” y “arreglar” los gallos, y el Negro Machado, que estuvo con él desde que era niño, un hombre honrado y un ardiente defensor de los gallos, su maestro en la valla, que llegaba a la cuerda de Santa Rosa siempre a la una de la tarde. Es una pena que de este personaje, varias veces referido en el libro, no venga ninguna foto, seguramente porque no se ha encontrado ninguna.
El perfil de Valerio Giménez hace pensar en esos grandes aficionados que, como suele decirse, parece que han nacido para los gallos, como en Canarias un don Fortunato, un Pancho el Músico o un don Pepe Melquiades. Era un artista haciendo espuelas, sabía clasificar los gallos como pocos y sacó gallos extraordinarios. Valerio era el único aficionado de Valencia que la representaba en los eventos interestatales, y su presencia en cualquier acontecimiento gallístico lo realzaba inmediatamente. No vendía los gallos, sino que los regalaba, y en una ocasión, a un aficionado que se acercó para comprarle uno, le respondió: “Usted debe tener mucho dinero, porque a mí todo el mundo me pide gallos y usted desea comprarme uno”. Como buen aficionado, era supersticioso, aparte un devoto de San Antonio. Les tatuaba sus iniciales a sus gallos debajo del nacimiento de un ala. No le gustaban los patas largas por su inestabilidad en la pelea, y en su gallera de Santa Rosa predominaban los zambos, o sea colorados. Pero sobre todo era un as haciendo espuelas, que se caracterizaban por su fineza; muy curioso es también que buscara como casteador los gallos de espuelas naturales que pudieran pelear con ellas.
La “cuerda” de Santa Rosa llegó a tener 300 gallos, y fueron célebres las tertulias gallísticas que allí se hacían. Manuel Urbano, al principio del libro, hace un recorrido documental por los lugares de Valerio en Valencia, recorrido muy melancólico, ya que se aprecia la erosión despiadada del tiempo, sobre todo por lo que se refiere a Santa Rosa. Una de las fotos muestra, ya vacía, la pajarera en que tenía Valerio sus pájaros, su otra gran afición deportiva, ya que dejamos de lado las del whisky y las mujeres (como es sabido, los aficionados a los gallos han sido siempre grandes mujeriegos). Valerio se especializó en los pájaros picos de plata negros de canto fino, y también fue número uno en ellos. La afición pajareril era en Valencia tan grande como la afición gallística, y también aquí podríamos evocar a muchos aficionados canarios a los pájaros, incluidos cuidadores de primera fila como Pablo Amador o Adolfo “el Pichón”.
(Abro un paréntesis sobre los años venezolanos de Pablo Amador. Sabemos que cuidó gallos allí, a fines de los años 50, pero nunca le preguntamos a quién. De haberlo sabido, hoy podríamos averiguar cosas. Pablo nos hubiera podido hablar mucho de la afición venezolana de aquella época, que también conoció Neno Pereira, quien por cierto llegó a encontrárselo por aquellos lares.)
Valerio, gallero eterno incluye varias entrevistas a aficionados que lo conocieron, e incluso una a él mismo, en la que habla de sus mejores gallos, en particular “el Catire” y “el Submarino”, que le hizo siete riñas y al que enterró en un rincón del patio de Santa Rosa. Entre las entrevistas descuella la hecha a Germán Monserrat, que estuvo con él treinta años y que siguió en Santa Rosa tras su muerte y hasta la suya propia. Estas palabras suyas merecen citarse:
“Uno se mete a gallero porque le gustan los gallos, no porque esté esperando una recompensa especial de tan esclavizante actividad, aparte de que la paga de los galleros deja mucho que desear. Valerio Giménez me trató bien y por eso me quedé con él todos esos años”.
Felicitamos a Manuel Urbano por esta bella publicación gallística, porque está muy bien hecha y trabajada, y porque siempre es bonito recordar a los que han sido grandes aficionados.


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Puerto de la Cruz, 5 de junio de 1969


Esta fue una jornada de peleas absolutamente extraordinaria, en coincidencia con la celebración del Corpus en el Valle de La Orotava.
Se enfrentaban en el Puerto de la Cruz los dos campeones de la provincia de Tenerife: Pablo Amador (Norte) y Añón León (Tazacorte). Pablo le había ganado tanto a San Cristóbal como a La Espuela, mientras que Añón, con su hermano Maso, había derrotado a Los Llanos, donde cuidaba “Piquito”.
Estas peleas las recuerda perfectamente Totoño, por lo soberbias que fueron. También las debe recordar Felipe Reyes, ya que encabeza la tanda norteña uno de los primeros gallos que se pelearon a su nombre como casteador, cuando aún era un muchacho.
Se congregó numerosísimo público, atraído por la fama de los gallos de Tazacorte y por la espectacular tanda del Norte, cuyos gallos sumaban 9 peleas (en esta temporada, ya que un par de ellos tenían más, de otros años). Por suerte, hay una crónica de “Pica y Bate” en La Tarde que nos permite reconstruir la jornada.
Gana la primera Tazacorte, que de entrada desequilibra al gallo del Norte. Al pelear el gallino de los Hermanos Acosta Gómez muy atravesado, hiere poco y tarda algo en anotarse el triunfo.
En la segunda empata el Norte en muy buena pelea. Desde que los sueltan, se tiran como los gallos buenos, resultando muy malherido con una vena baja el giro. El melado pelea muy bien y tira a dar con las espuelas como los gallos buenos, y acaba rematando. Finos gallos, tanto el giro de Braulio Acosta como el melado de Domingo Hernández Luis, uno de los grandes casteadores del Norte y, como es sabido, padre de Argeo Hernández, que luego se consagraría en Gran Canaria. El melado se hacía con su tercera victoria.
Se adelanta de nuevo Tazacorte en la tercera. Venía mejor este colorado de dos peleas, un gallo nervioso, revoleador y pronto de pico. Domina al giro de Pepe Borges Acevedo, pero el colorado domina siempre, es heridor y no desaprovecha un tiro sin dar con las espuelas. El giro mostró mucha casta.
3-1 para Tazacorte, con el gallo que más dio con las espuelas. Ambos son palmeros, y no se olvide que los fabulosos “cabras” de Luis Machado vienen de un gallo de Mateo Cedrés, aunque no peleado en el Norte sino en la Nueva algunos años después. Herido el naranjo de entrada, ya el giro no lo perdona, tirando con pulso y puntería.
En la siguiente, ocurre lo contrario. Ya en los revuelos es cogido en un ojo el melado palmero. Pierde el equilibrio y lo aprovecha el melado tinerfeño, que tira mucho a dar con las espuelas y se lo quita sin tardanza de delante.
Empata el Norte, y la bolsa lo pone todo al rojo vivo. Segundo gallo de Domingo Hernández Luis con dos riñas, y segundo que gana su tercera. Es un gallo peleador, pronto de pico, brioso y muy heridor. Va colocando a su gusto al melado y, cuando lo enfarola, lo deja dando vueltas de campana.
Pero lo grande aún estaba por llegar. Esta fue la mejor pelea de la temporada en la isla de Tenerife. Aquí cedemos por completo la palabra a “Pica y Bate”, añadiendo que el giro de Melchor Acosta era conocido como "el Chicho":
“Había mucho nervio entre los simpatizantes de ambos partidos, y en la valla, por el Norte, un gallo de primerísima calidad, de esos que se ven de año en año: el giro de 5 riñas de nuestro «silencioso» amigo don Melchor Acosta, de Garachico. Por Tazacorte, un colorado nuevo del conocido casteador don Lope Acosta. Desde que los sueltan hay nervio en ambos animales. Tiran como los grandes gallos. Luego el giro resulta tuerto y el colorado muy malherido. La pelea es un continuo forcejeo de dos buenos gallos. El público está tan emocionado que ante la idea de que de aquella riña dependía el vencedor y ante lo nivelado de la pelea, comienza a dar gritos pidiendo que den tabla. Los nervios invaden el ambiente. Aquellas dos fieras se siguen tirando para quitarse delante, y los soltadores, ante la aprobación del público, se deciden por la tabla, decisión que fue rubricada con una enorme salva de aplausos. Fue sin duda alguna el broche más deportivo que podía poner final a una contienda de dos gallos de calidad”.
Había un espectador que se acordaría de grandes jornadas gallísticas protagonizadas por él: Francisco Dorta. Lo invitaron a subir a la valla, como dice Pica y Bate, “para que también fuera objeto de aquel derroche de entusiasmo y deportividad”.
Una jornada excepcional, pues, y que concluyó con el más merecido resultado: 3-3 y una tabla.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Tenerife, 1969


Sigue la marcha triunfal de Pablo Amador en esta temporada tinerfeña, ganando por tercera vez consecutiva. A Anastasio en San Cristóbal le gana por 8 riñas, con capote rabón incluido, y a Domingo Prieto en La Espuela por 11, con dos mantillas incluidas. Por su parte, Domingo le saca 4 a Anastasio, pero endosándole de paso el único capote de la temporada, en una jornada en que llevó cuatro gallos peleados.
Pica y Bate, o sea Asdrúbal Bethencourt, alude en la prensa a la “briosidad característica” de sus gallos. Como dato interesante, digamos que en la temporada anterior y en esta tuvo Pablo en el Norte a un ilustre ayudante: Roberto Hernández.
El programa que hoy reproducimos es el del capote rabón a Anastasio. La única pelea que logró entablar San Cristóbal fue la última, escapando así al capote redondo en el último momento.
El gallino “Hebreo” de José González Pérez (“Pepito el canario”, gran aficionado que vivía en La Orotava), ganaría aún otra riña, pero las estrellas volvieron a ser dos grandes gallos veteranos: el gallino de Torrents y el giro “el Chicho” del garachiquense Melchor Acosta. Un gallino de Luis Machado también le hizo a Pablo tres riñas en este año.
En San Cristóbal, un gallino de Juan Cabrera hizo 4 riñas, y un melado de los Melquiades y un giro de Manuel Pérez Cruz ganaron 3. La Espuela, en cambio, no tuvo ningún gallo de 3 riñas.
Las peleas volvieron a celebrarse en el Viana y en El Penitente, donde Pablo nunca perdía.
Anastasio aún se estaba haciendo como gallero, mientras que Domingo Prieto, como de costumbre, falló por su irregularidad. Cuando Domingo llevaba bien los gallos, le daban mucho con las espuelas, y en eso se parecía más que nadie a su maestro “el Músico”, pero Pablo, que los llevaba más requintados, era más regular y jamás desfallecía. Lo que siempre caracterizó al “Músico”, desde que empezó hasta que acabó, es que sumaba todas las virtudes de los demás galleros. Los demás flaqueaban en una o en otra cosa.
Acabada la temporada se celebraron unas peleas del campeón de Tenerife con el de La Palma: Tazacorte, donde cuidaba Añón. Esas peleas fueron sensacionales, las mejores de la temporada, pero de ellas hablaremos el próximo miércoles.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Tenerife, 1968


Esta fue otra temporada de supremacía de Pablo Amador, que se ha pasado de San Cristóbal al Norte. Le gana por 15 riñas a Domingo Prieto en La Espuela y por 22 a Álvaro Tapia en San Cristóbal. Siempre es una proeza cambiar de partido y ganar, y eso es lo que hizo este año Pablo Amador.
El programa que presentamos es importante porque, como ha escrito de su puño y letra don Antonio Monteverde, ese día murió don Juan Lisón, aficionado lagunero extraordinario, desde principios de siglo hasta este día, en que sufrió un ataque fatal cuando soltaba por el partido de su pueblo el primer gallo. Don Juan Lisón era uno de los cronistas que, en los años 20, firmaban en la Gaceta de Tenerife como Espuela y Botana, siendo esas crónicas las mejores que se han hecho nunca en esa isla.
El resultado fue de mantilla rabona para el Norte, que entabló la primera, perdió la cuarta y ganó las restantes.
De quien peleó más gallos Pablo fue de Luis Machado, quien se va a convertir en las décadas siguientes en uno de los casteadores más importantes de las islas. Del resto de los nombres, clásicos de Tenerife, quizás el menos conocido de esta jornada sea Juan Pacheco, pero tuvo buenos gallos, y creo que era de Los Realejos.
El giro de Melchor Acosta que ganó este día su tercera riña era conocido como “el Chicho”. Luis Machado tuvo un melado de cuatro y un giro de tres, y otro de tres fue un gallino de Torrents y Cejas. El melado de cuatro de Luis Machado le haría a Pablo siete riñas, el gallino de Torrents y Cejas ocho y “el Chicho” siete. Buenos gallos, pero a los que un maestro como Pablo logró sacar el máximo rendimiento.
En la tanda lagunera llaman la atención los “chochitos” de Cristóbal Martín, así llamados porque este casteador, que cargaba en el muelle chicharrero, era conocido como Cristóbal “el Chochero”. Por otra parte, téngase en cuenta que, en años posteriores, don Eduardo Pérez de Ascanio llevaría siempre sus gallos a donde cuidaba Pablo Amador. En esta temporada, en cambio, permanece en San Cristóbal aunque Pablo esté en el Norte.
Las peleas se celebraron en el Viana y en los salones Yeoward, un espacio muy bueno, que es donde está levantado el actual Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.
Tenemos un documento curioso de esta temporada: la liquidación del domingo primero, por el partido lagunero. Fueron ese día a los gallos 350 personas, cuando esta temporada última iban 60 ó 70 al Norte y La Espuela mientras que entre Güímar y El Agujero nos llegaron a hablar de jornadas con menos de 20.


Lo más importante de la temporada no fueron las peleas, sino el homenaje que se le hizo al final al “Músico”, quien, a la vez que agradeció el gesto de la afición, con su sensibilidad muy portuguesa (recordemos que su padre era natural de la Madeira) se sintió triste por ver que aquel era su fin deportivo.
El bonito trofeo lo poseo yo hoy, en una estantería de libros frente a la mesa en que trabajo, y si por una parte no cabe duda que es un privilegio, también me entristece, porque no existe un museo gallístico a donde pueda ir a parar. Es una pena que no se haga ese pequeño museo, donde se reunirían objetos, fotos, programas, espuelas, trofeos, etc. El lugar indicado sería, creo, la isla de La Palma, en la capital, Los Llanos o Tazacorte. A fin de cuentas, basta con un par de cuartos consistoriales. Los aficionados, cuando se reúnen para los campeonatos, irían a verlo, y hasta se podrían hacer postales, llaveros, etc., que ayudarían al mínimo mantenimiento.
Pero en Canarias dejamos perder nuestras mejores cosas. Así, por ejemplo, nunca pude ver los archivos de don Pedro Cárdenes, los mejores de Canarias, y menos mal que muchas de las cosas que tenía las publicó en su libro Peleas de gallos. No se le ocurrió otra cosa que regalárselo a Machín, con lo cual quedó para siempre bloqueado en manos de su familia, sin que, por tanto, haya servido para nada. Lo mismo pasó con el material de don Saturnino, que decían que estaba en la Cosmológica de Santa Cruz de La Palma, pero que cuando yo pregunté ni tenían ni la más remota idea. Si hubiera habido un museo gallístico en Canarias o un poco más de conciencia de nuestro patrimonio, nada de eso se habría perdido.
En el muy bello trofeo leemos: “Homenaje de La Espuela, San Cristóbal y Norte a D. Francisco Dorta Martín como mejor gallero de Canarias. Temporada 1968”. Esto fue en el Teatro Viana el día 3 de junio, y en la foto aparecen don Domingo de la Rosa, Álvaro Tapia, don Eduardo Pérez de Ascanio, Cirilo Rolo, Pancho, don Florencio, Luis Machado y Pablo Amador.


lunes, 19 de agosto de 2013

Argual, 28 de mayo de 1967


¡Atención! Estamos ante el programa de gallos más fantástico de la historia. Nunca en toda Canarias se había visto una cosa así, ni se volverá a ver: los gallos de aquel increíble 28 de mayo sumaban... ¡43 riñas!
La temporada anterior ya había sido calificada de “extraordinaria” por los viejos aficionados. Cuidaban también Roberto y Piquito en Los Llanos, pero en Tazacorte lo hacía Israel, que ganó por 1 riña. La última jornada llevaba 8 de ventaja y perdió por capote, un capote con el que Los Llanos parecía anunciar su tremenda temporada del 67.
Añón y Maso tuvieron este año, como siempre en Tazacorte, muy buenos gallos, pero Los Llanos, con los célebres “villegas”, lograron superarlos. Los primeros “villegas” los había traído Julián el año que cuidó en Los Llanos. Se fue casteando con ellos, sobre todo José Roberto Pérez Yanes (hijo del legendario don Pepe Melquiades y por tanto tío de José Luis Melquiades), y los frutos llegaron ahora.
En la jornada 12, las dos tandas sumaban 30 riñas, pero este día se batieron todos los records.
Tazacorte, como pone el programa, llevaba 3 riñas. Ganó la primera, y al caer uno de los pesos pesados, o sea el colorado de Polo Viña, que sumaba nada menos que 7 peleas, casi que se podía considerar la temporada sentenciada.
Este fue el primer “villegas” del día, siendo los otros los gallos de la segunda, la quinta, la sexta y la séptima, que ganaron todos.
El melado de Toto Pino también sumaba 7 peleas, 4 ganadas este año. Nada pudo hacer con él el novato de Juan Martín.
En la tercera partía como favorito el colorado de 3 riñas de Silo Acosta, pero el colorado de los Adelinos logró una tabla que iría a ser decisiva.
La cuarta fue espectacular, con el gallo campeón de Tazacorte, o sea el giro de 6 riñas de Lope Acosta, viéndoselas ante un giro de Pedrianes que tenía 5, dos de ellas este año. El fantástico giro de Lope pierde, y la atmósfera ya es electrizante. Recordemosque tal era la rivalidad entre Los Llanos y Tazacorte por aquellos tiempos gallísticamente felices, que las aficiones no se mezclaban.
El resto fue un desfile de los “villegas” de Pérez Yanes: el pinto de Marcos Acosta, el legendario “Popotito” y el no menos legendario pinto de Juan Capirote (así conocido, aunque no viniera a su nombre). La última y decisiva fue una riña rápida, tercera que ganaba el pinto este año y séptima de su historial.
Los “villegas” eran típicos gallos canarios jugadores, que por algo procedían de uno de los más grandes casteadores que han tenido las islas. El “Popotito” tomó su nombre de una canción de rock de la época, sin duda porque el gallo parecía un bailarín.
El “Popotito” tenía las tres peleas de este año. Al siguiente (al igual que el pinto de Juan Capirote, que ganaría su octava) volvió a ganar, y tanto gustó a todos los aficionados, que Marín Gómez, a pesar de ser de Tazacorte, cuando escribió una temporada crónicas del Norte y La Espuela en la prensa de Tenerife, firmó con el apodo gallístico de “el Popotito”.
Otros grandes gallos de esta mágica temporada, pero que no pelearon en la jornada final, fueron, por Los Llanos, un retinto de Melquiades, un pinto de Lalo Pérez Rodríguez y un colorado de Pérez Yanes, y por Tazacorte un giro de Cirilo González y un melado de Faustino Lorenzo.
Al año siguiente, Arnoldo cuidó en Los Llanos y Añón en Tazacorte. No hubo continuidad, y Tazacorte volvió a hacer valer la calidad de sus castíos, propinándole a Los Llanos una paliza. Los “villegas” ya habían dado lo que tenían que dar, y Tazacorte tuvo grandes gallos de Cirilo González, Lope Acosta, Silo Acosta, Miguel Martín, los hermanos Acosta Gómez, etc.
Veamos ahora una foto ya conocida, pero que viene al caso: Juan Capirote con su gallito, al que le hablaba como si fuera una persona:

Cuidadores en La Palma

De buena fuente nos llegan los nombres de los cuidadores que llevarán la próxima temporada los partidos históricos de La Palma. Son ellos Josito repitiendo en Tazacorte, Víctor Nieves “el Chamo” en Los Llanos, Toño “el Rebotallo” pasándose de la Nueva a la Guerra y Samuel Acosta en la Nueva.
Solo lo sentimos por La Espuela, que al fin contaba con un cuidador a la altura de sus pergaminos. Pero como ya dijimos un par de veces, hoy lo bueno dura poco.

lunes, 12 de agosto de 2013

Tenerife, 1967



En esta temporada tinerfeña volvió a hacerse la liguilla del año anterior. Pablo Amador seguía en San Cristóbal y Álvaro Tapia en el Norte, mientras que en La Espuela, en vez de Domingo Prieto, estuvo otro gran cuidador: Arnoldo Pérez. Ahora Pablo mostró su superioridad total (recuérdese que el año anterior, aunque le ganó a La Espuela, entabló con el Norte). A Arnoldo le sacó 13 riñas, y a Tapia 3. Por su parte, Arnoldo derrotó a Tapia por 3. Las peleas se hicieron en el Viana de La Laguna y en El Penitente del Puerto de la Cruz.
Esta fue la última jornada entre Pablo y Arnoldo. Al ganar por 4-1 y 2 tablas, la ventaja definitiva, en solo 6 jornadas, fue, como dijimos, de 13 riñas.
En la tanda de la capital, vemos en primer lugar a un gran casteador palmero: José Pulido, más conocido como “Carola”. Los Magníficos era una peña de aficionados de La Espuela, que estos años pelearon muchos gallos, algunos con varias victorias. El resto son clásicos de La Espuela: don Ángel Benítez de Lugo, don Robustiano Díaz, don Alonso Lecuona y el veteranísimo don Pedro Tabares, que ya tenía gallos en los años 30.
Por San Cristóbal, tenemos a dos extraordinarios aficionados laguneros: don Juan Lisón y don Eduardo Pérez de Ascanio, pero lo que llama más la atención son los tres gallos de Emilio de la Cruz, histórico aficionado de Santa Cruz de La Palma, que fue uno de los grandes amigos del maestro  Pablo Amador.
A San Cristóbal le ganaron los gallos de la 2ª, la 4ª, la 5ª y la 6ª. Repárese en que el tuerto de don Juan Lisón ganó por tercera vez. El único que ganó del Norte fue el giro de “Carola”.
 
 
Tres días después, Arnoldo se desquitaba de su derrota con Pablo Amador. Dos riñas le llevaba Tapia, pero Arnoldo obtuvo en la última jornada nada menos que una mantilla, que lo adelantó definitivamente en 2 riñas. Ganó las cuatro primeras, perdió la quinta y se hizo con las dos últimas, por lo cual todo se decidió en la última. Abrió de nuevo con un gallo palmero, destacando en el resto de la lista la viuda de Juan Santana Villalba, que entre este año y el 71 siguió llevando a la gallera los gallitos de tan buen aficionado. Tapia naufragó en la jornada decisiva, y eso que subió a la valla gallos de casteadores todos ellos punteros. Destaquemos los nombres que llevaban todos sus gallos, una bonita costumbre que hoy casi se ha reducido a La Palma. Entre los propietarios de los gallos encontramos a don Pedro Rodríguez, casteador fundamental del Puerto (y que tantos gallos peleó en San José), y a un muy joven Felipe Reyes, de todos los nombres el único que aún asiste a las peleas, siempre apoyando al partido del Norte.
Dos gallos de Pablo hicieron cuatro peleas: un colorado de don Florencio González y otro de Joaquín Barreto, mientras que el colorado tuerto de don Juan Lisón, como dijimos, hizo tres. Tres le hicieron a Tapia un melado y un gallino de Luis Machado, un negro de los Acevedo y un colorado de José González Pérez y Francisco González Casanova, y a Arnoldo un retinto de Enrique Quintero, un melado de Los Magníficos y otro del palmero José Roberto Pérez Yanes, que fue con el que le sacó la ventaja definitiva a Tapia.
Varios gallos traían peleas de años anteriores. El colorado de don Florencio, que había ganado cuatro, ganó otra más. El gallino “Triste” de González Pérez y González Casanova, que ya había ganado dos, sumó la tercera. En cambio, un retinto de Los Magníficos de cinco peleas, perdió la que podía haber sido su sexta victoria.
En suma, una buena temporada, con muchos buenos gallos.
Y ahora, como bonus, he aquí la curiosa foto de una vieja cajetilla de cigarros chilenos, enviada por uno de los buenos amigos de esta página:
 
 

viernes, 2 de agosto de 2013

Arrecife, 1967


A 10 jornadas, este año Arrecife le ganó por 3 riñas a Teguise. No sabemos el resultado de este penúltimo domingo, sino solo lo que vemos en el programa, que además no pone la ventaja.
Federico Armas, que tenía como ayudante a Garrincha, había perdido en la temporada anterior ante Alejandro Niz por 6 riñas, así que pudo ahora sacarse la espina, aunque fuera ante otro cuidador, en concreto Perico Hernández, cuñado de Alejo Yánez.
Recordemos que el coñac Terry lo representaba Casto Martínez, un gran aficionado, hermano de Luis Martínez.
Pelearon en esta jornada cuatro gallos de una pelea, uno de dos y uno de tres. En el decisivo domingo, la galería sería aún superior: dos de una, cuatro de dos y dos de tres. Los dos de tres fueron un retinto de Gonzalo Cabrera por Arrecife y un giro de Marcial Toledo por Teguise.
En esta jornada novena, se apreciará el apoyo de los gallos de Gran Canaria, con los que la afición conejera solía completar sus casas de gallos. Don José Estévez tuvo muchos buenos gallos en Teguise, mientras que por Arrecife aparece un gallo de don Manuel Álvarez Peña y otro del que no se dice el casteador, sino solo que es de Las Palmas.
La familia Blancas está presente en uno y otro lado, y clásicos de la isla eran Jesús López Socas, Tomás Armas (“Chacón”), Juan Arrocha y José Arroyo. El único nombre que se me escapa es el de José Luzardo, pero Alejo recuerda a unos Luzardos que tenían gallos.


Acabada la temporada, Arrecife celebró dos jornadas con la gallera de Tapia, quien había cuidado en Teguise en 1964, llevando los gallos Antonio Tejera. Ya el 4 de junio pelearon Arrecife y Vegueta, donde cuidaba Antonio Gutiérrez. Es el programa que vemos aquí, con otro nombre muy importante por parte lanzaroteña: el del casteador y luchador Pedro Rodríguez. Por parte grancanaria, todos los nombres son bien conocidos. Antonio Gutiérrez venía de ganar tres temporadas consecutivas al mando de la gallera de Cardones, pero en Vegueta, recién creado como secesión de San José, no pudo con Julián en Triana, que le ganó por 6 riñas, mientras que Vegueta triunfaba sobre San José (con “el Moño”) por 5.

lunes, 29 de julio de 2013

Los “generales” y “coroneles” de la liga grancanaria

En un comentario anterior, determinamos los gallos que habían ganado 4 riñas en la temporada pasada. Solo que es preciso hacer una aclaración: hay otro gallo que ganó 4 riñas, pero que por error en el programa no constó uno de ellas: se trata del “Musain” de Oliverio Velázquez, por el partido de Los Llanos de Telde.
Así que hemos preferido dar aquí la lista de los gallos tanto de 4 como de 3 riñas.
En la temporada 2010, el campeón fue el colorado “Pimpi” de Antonio Hernández con 5 ganadas. En 2011, el colorado “el Bocata”  de Los Ranchis, también con 5 ganadas. En 2012, el colorado de José Luis Martín, también con 5 ganadas. Este año, ningún gallo llegó a las 5 riñas, por lo que se creó un pelotón de 5 gallos con 4 riñas, solo resultando imbatidos el gallino de Palma Alta La Era, el melado de Los Socios y el “Musain” de Oliverio Velázquez. Tanto el colorado de Dos Amigos como el de José Luis Martín ganaron 4 y perdieron 1.
Una gran tabla, como en su momento dijimos, fue la del canabuey de Peña Los Gatos y el gallino “la Voladora” de Hoya Vargas; ambos tenían tres riñas en buenos tiempos, y terminaron en tabla de 15 minutos, pero fue una riña en que la afición disfrutó mucho, con uno de los gallos buscando la pelea y el saliéndose.
Dato destacable: el colorado de José Luis Martín y el giro de Hernández, Santana y Rosales ganaron después de haber perdido una riña.
Agradecemos a la generosidad de Rony Martínez la elaboración de esta lista tan interesante. Ojalá hubiera aficionados así en otros lugares de las islas.
Unión Gáldar
Colorado de los Dos Amigos
Jornada 2: gana a un colorado de El Pico Dorado en 5’32.
Jornada 6: gana a un melado de José Luis Martín en 3’16.
Jornada 11: gana a un melado de Mala Sangre en 3’25.
Jornada 13: gana a un melado de Manuel Acosta Lorenzo en 3’18.
Jornada 16: pierde ante un colorado de Peña Higuera Canaria en 6’15.
Gallino de Palma Alta La Era
Jornada 3: gana a un colorado de Johny y Jesús en 10’52.
Jornada 7: gana a un canabuey de Los Socios en 8’24.
Jornada 11: gana a un melado de Peña Jinámar en 5’17.
Jornada 13: gana a un colorado de Rayco Santana en 2’08.
Gallino “la Voladora” de Hoya Vargas
Jornada 5: gana a un giro de Hernández, Santana y Rosales en 1’13.
Jornada 7: gana a un naranjo de Dos Hermanos en 2’26.
Jornada 9: gana a un melado de Frangollo Canario en 1’43.
Jornada 13: entabla con un giro de Oliverio Velázquez en 15’00.
Jornada 17: entabla con un canabuey de Peña Los Gatos en 15’00.
Giro de Jorge Henríquez Marrero
Jornada 4: gana a un melado de Rayco Santana en 0’59.
Jornada 8: gana a un colorado de Cuba Nostalgia en 6’17.
Jornada 13: gana a un colorado de Dos Hermanos en 0’52.
Jornada 16: pierde con un retinto de Los Socios en 3’01.
Melado de Palma Alta La Era
Jornada 14: gana a un pinto de Unión Palenque en 4:54.
Jornada 16: gana a un pinto de Marco Medina en 0’51.
Jornada 17: gana a un melado de Jónathan Pérez en 2’04.
Los Amigos del Sur
Canabuey de Peña Los Gatos
Jornada 11: gana a un melado de Palma Alta La Era en 1’11.
Jornada 13: gana a un jabado de Los Compadres del Valle en 0’44.
Jornada 15: gana a un colorado de Manuel Acosta Lorenzo en 5’35.
Jornada 17: entabla con el gallino de Hoya Vargas en 15’00.
Giro de Hernández, Santana y Rosales
Jornada 2: gana a un melado de Peña Amigos del Gallo en 2:04.
Jornada 5: pierde con un gallino de Hoya Vargas en 1’13.
Jornada 8: gana a un melado de Peña Verona Guedes en 13’48.
Jornada 12: gana a un giro de Hermanos Acosta Arias en 8’33.
Colorado de Peña Jinámar
Jornada 10: gana a un colorado de J. M. en 8’07.
Jornada 15: gana a un canabuey de Manuel Acosta Lorenzo en 3’24.
Jornada 18: gana a un canabuey de Los Socios en 6’05.
Colorado de Hernández, Santana y Rosales
Jornada 13: gana a un giro de Hermanos Santana Adán en 1’15.
Jornada 14: gana a un melado de Dos Amigos en 4’21.
Jornada 17: gana a un colorado de Peña Amigos del Gallo en 8’45.
Telde-Las Palmas
Colorado de José Luis Martín
Jornada 2: gana a un melado de Peña Higuera Canaria en 4’46.
Jornada 8: gana a un colorado de Hermanos Acosta Arias en 1’14.
Jornada 12: pierde con un melado de Palma Alta La Era en 8’28.
Jornada 16: gana a un colorado de Peña Los Gatos en 6’28.
Jornada 18: gana a un melado de Peña Verona Guedes en 2’04.
Colorado de Señores García y Mesa y Eduardo
Jornada 1: gana a un colorado de Los Gallardos en 10’45.
Jornada 16: gana a un colorado de Hernández, Santana y Rosales en 3’00.
Jornada 18: gana a un colorado de Palma Alta La Era en 3’41.
Melado de Piensos Yeidán
Jornada 2: gana a un canabuey de Rayco Santana en 7’50.
Jornada 5: gana a un giro de Manuel Acosta Lorenzo en 11’16.
Jornada 11: gana a un colorado de Manuel Acosta Lorenzo en 5’17.
Los Llanos de Telde
Melado de Los Socios
Jornada 6: gana a un melado de Peña Jinámar en 1’58.
Jornada 9: gana a un melado de Los Gallardos en 3’48.
Jornada 12: gana a un pinto de Mala Sangre en 14’35.
Jornada 17: gana a un jabado de José Luis Martín en 1’10.
Melado “Musain” de Oliverio Velázquez
Jornada 5: gana a un melado de Frangollo Canario en 2’17.
Jornada 7: gana a un retinto de Palma Alta La Era en 9’16.
Jornada 11: gana a un gallino de Unión Palenque en 4’25.
Jornada 15: gana a un colorado de Hoya Vargas en 5’11.
Melado de Hermanos Acosta Arias
Jornada 10: gana a un colorado de Peña Amigos del Gallo en 6’07.
Jornada 13: gana a un giro de David Pérez en 4’02.

Jornada 16: gana a un melado de Palma Alta La Era en 6’53.

lunes, 22 de julio de 2013

Tenerife, 1966


Reanudamos hoy los comentarios de viejas temporadas gallísticas, que habíamos dejado en la de 1965.
La de 1966 fue la gran temporada de Álvaro Tapia. Peleaban el Norte contra San Cristóbal, el Norte contra La Espuela y San Cristóbal contra La Espuela, pero tan solo a la ventaja entre cada contrata, o sea que no era una liga como las que luego se han hecho en Tenerife y en Gran Canaria.
Tapia cuidaba en el Norte, Pablo Amador en San Cristóbal y Domingo Prieto en La Espuela. Tapia le ganó a Domingo por 1 riña y entabló con Pablo, quien a su vez le ganó por 5 a Domingo, y con un capote en la penúltima jornada. Como se ve, fue una temporada equilibrada.
Pablo Amador, pues, tampoco perdió, e incluso tuvo el mérito de ganarle a Tapia en la última jornada por 3-2 y 2 tablas, empatando la contienda. Lo que ocurre es que Tapia se consagró al final, ganándole por mantilla rabona a Julián Castillo, que cuidaba en Triana, y también por mantilla rabona a Pablo, en un día en que se jugaban además la Bolsa.
Las peleas se celebraron en el cine de La Vera, en el Teatro Viana y en el Topham.
Este es el programa de la última jornada entre La Espuela y el Norte. Se proclamó campeón Tapia con “el Che” de José González Pérez (o sea, Pepito el Canario, gran aficionado de La Orotava) y Francisco González Casanova (otro de los clásicos orotavenses de la época). El melado “Napoleón” de los mismos y un gallino de Luis Machado fueron sus otros triunfos. Domingo se consoló con ganarle las tres últimas riñas, pero hay que decir que tuvo este año dos grandes gallos: el colorado de Santiago Peraza (que recordaría años después como uno de los mejores que había preparado) y un giro de Lope Acosta. También habría que nombrar, aunque preparado por Pablo, a un gran bragado de don Eduardo Pérez de Ascanio, que ganó tres riñas.
El Norte se llevó la copa de los puros Peñamil y una caja de champán que donaba la Autoescuela Casanova, y para Tapia fue el Trofeo Marcelino.


Veamos ahora el programa de las peleas entre Triana y el Norte.
El Norte ganó las cinco primeras, entabló la penúltima y solo perdió la última. El mérito de Tapia se acrecienta al tratarse de Julián su contrincante, que le había ganado a Arnoldo en San José nada menos que por 16 riñas. Por esos años, a mi juicio, la calidad de las peleas ya era superior en Tenerife que en Gran Canaria.


Cuatro días después, Tapia logra otra mantilla rabona, y además ganándole la Bolsa a Pablo Amador, que debió partir como favorito. Cerraba así el cuidador chicharrero la que fue tal vez su mejor temporada.

Próximo lunes: los “coroneles” de la liga grancanaria 2013

lunes, 15 de julio de 2013

Anastasio Acosta


Esta es una foto inédita de Anastasio Acosta.
Natural de Argual, Anastasio, curiosamente, nunca cuidó en su isla natal, aunque allí ya estuvo de ayudante de Pepe Jiménez, el gallero de Arucas discípulo de Pancho que tanto enseñó a los jóvenes palmeros.
En 1964 ya está en Tenerife como ayudante del Gato Maruca en el partido de San Crsitóbal, pero lo que sería decisivo es el hecho de, una temporada después, haber estado a las órdenes de Pancho “el Músico” en la misma gallera. Anastasio fue el corredor de Pancho en la última temporada del Maestro, que fue rotundamente victoriosa.
Los grandes triunfos de Anastasio fueron en tres partidos: Telde, La Espuela y Güímar.  En Telde cuidó seis temporadas y todas las ganó, en tres etapas diferentes. En La Espuela, un partido del que fue un talismán, estuvo nada menos que diez temporadas, solo superándolo “el Músico”, que estuvo 23. En Güímar cuidó cuatro temporadas consecutivas, ganando tres.
Sin ser un cuidador extraordinario, Anastasio era un hombre de confianza en cualquier gallera, y es recordado gratamente por muchísimos aficionados de las islas.

lunes, 8 de julio de 2013

Gallos campeones de Gran Canaria


Estos son los cuatros campeones de la liguilla grancanaria, a 18 jornadas y 7 gallos en cada lista.
En la temporada 2010, el campeón fue el colorado “Pimpi” de Antonio Hernández con 5 ganadas. En 2011, el colorado “el Bocata”  de Los Ranchis, también con 5 ganadas. En 2012, el colorado de José Luis Martín, también con 5 ganadas.
Esta  vez se repartió el palmarés como sigue: colorado de los Dos Amigos y colorado de José Luis Martín, 4 ganadas y una perdida; gallino de Palma Alta La Era y melado de Los Socios, 4 ganadas.

lunes, 1 de julio de 2013

Las espuelitas del “Músico”


Entre otras cosas, Pancho “el Músico” fue el mejor hacedor de espuelas que ha habido en Canarias. Las hacía más bien pequeñas, y aquí tenemos espuelas suyas y la cajita, fabricada por él mismo, donde llevaba los siete pares de cada jornada. Hoy hubiera tenido que hacerse otra, porque en muchos lugares no se contentan ya con siete peleas, sino que hacen ocho (en Tenerife se les ocurrió una vez hacer nueve). De paso, desaparece así el curioso lenguaje de capotes, mantillas y rabonas que tanto llamaba la atención a los lingüistas y a los que se acercaban al mundo de los gallos (en la redacción de “El Día”, por ejemplo, me preguntaban muchas veces por el significado de estas palabras).
Téngase en cuenta que cada una de estas espuelas perteneció a un gallo célebre, ya que por eso las guardaba el Maestro. Hoy ya es imposible saber a cuál de ellos corresponde cada una.
Las espuelas de gallo ya están en total declive, solo utilizándose, que sepamos, en la contrata de Tazacorte y Los Llanos. No vamos a insistir en una cuestión tratada aquí ya muchas veces, pero sí voy a poner un ejemplo que me es muy cercano, ya que esta temporada asistí a la segunda parte de las peleas entre el Norte y La Espuela.
¿Qué razones hay para pelear con espuelas industriales entre estos dos partidos legendarios? Cuidaban dos galleros que saben hacer espuelas. En La Espuela las hace, y excelentes, tipo cubano, Agustín Delgado. El Norte cuenta con casteadores –se me ocurren Salvador Dorta y Eduardo Pérez de Ascanio– que pueden criar perfectamente gallos bastos para disponer de material. Por tanto, no solo la razón económica es falsa, sino absurda, ya que el gasto siempre será mejor que comprándolas. En los tiempos de antes (y hablo de hace solo una década), La Espuela contaba con dos grandes artistas de las espuelas: Asdrúbal Bethencourt y Antoñito Martín. El primero... ¡hasta vendía espuelas a América! Hoy nosotros, como verdaderos inútiles, se las compramos a ellos, y a sus intermediarios.
Un argumento que se baraja contra las espuelas es el de que se acaban los conflictos. Este tipo de argumento siempre nos recuerda aquello del médico que, para solucionar un problema en una pierna, simplemente la corta, haga falta o no. Pero volviendo a La Espuela y el Norte, esta temporada cuidaban allí dos caballeros –Florencio y Samuel– que jamás han despertado dudas acerca de su honradez en esa cuestión (ni en otras). Argumento pues que se cae por su propio peso.
La espuela era como la firma del cuidador. El “Músico” no solo las hacía maravillosamente bien, sino que a nadie le dieron nunca los gallos con las espuelas como le daban a él. Hoy es triste ver a los pocos buenos cuidadores que nos quedan presentar sus gallos con ortopedia. Y los que vayan saliendo ni sabrán ya hacer espuelas.
Y por eso elogio a los partidos de Tazacorte y Los Llanos, y por eso me alegro tanto cuando veo subir a la valla un gallito que tuvo la fortuna de servirle las espuelas que le dio la naturaleza.